Ayer fui con los niños a la exposición Sentir para Ver en el Museo Nacional de Colombia. Me encanta la propuesta: la exposición es réplicas de esculturas que el público puede tocar. Siempre he sentido las ganas de pasar mis manos por las esculturas, de sentir su forma, sus volúmenes, sus texturas. Pasé mis manos por el Gladiador Borghese y sentí le definición de cada músculo. Toqué el Venus de Milo y sentí el volumen de su abdomen. Acaricié la curva de la espalda de la ninfa. Con algunas esculturas hice el ejercicio de sentirlas con los ojos cerrados. Descubrí que no soy muy buena para visualizar sin ver. Definitivamente dependemos de los ojos. Casi no tengo fotos porque mi cámara no está funcionando muy bien desde la enjuagada con jugo de uva y ginger. Tengo que mandarla limpiar.
Por fin terminé de tejer el saco de William. Quedó muy bonito y William está contento. Mi mamá envió mis agujas para tejer en 20 de noviembre. Nunca llegaron. Me da una piedra que roban cosas del correo, especialmente sabiendo que son pocas las persona que saben aprovechar un juego de agujas para tejer. Para qué robar cosas que ni le sirve?
Los niños pasaron del 27 de diciembre a 2 de enero en el Cocuy con su papá. Disfrutaron mucho el paseo. Son buenos viajeros. No he visto las fotos de sus cámaras pero los guías quienes acompañaron el viaje enviaron estas fotos.
Para el colegio Mateo tiene que leer una obra de Shakespeare en francés. Los textos de Shakespeare son un poco difícil de abordar por escrito. Sugerí que buscamos la pelicula por Internet. Entonces anoche vimos Twelfth Night, Noche de Epifanía, por Youtube. Viene in instalaciones de 10 minutos, pero está bien. Reímos cantidades.
No comments:
Post a Comment