Ayer asistí con mis hijos a la marcha pidiendo la liberación de los rehenes que siguen en cautiverio. La marcha de ayer no tuvo la concurrencia como las marchas anteriores de 4 de febrero, 6 de marzo, y 20 de julio. De pronto hay algo de desgaste social en cuanto a la participación en las marchas. La convocatoria faltó impulso. Otro factor que influye es la estabilidad personal: me refiero a que las personas tiendan a estar más dispuestos a dar de sí mismo cuando su situación personal es estable. En un artículo en El Tiempo, Ana Teresa Bernal, directora de Redepaz, anota "el hecho de que el país tenga 26 departamentos afectados por el invierno y otros por la estafa de los 'pirámides' ocasionaron una situación social "bastante crítica". Miles de colombianos no se habrían solidarizado con la marcha por estas dos razones.."
Creo que las marchas de este año marcaron una diferencia importante en tres áreas:
1. Enviaron un mensaje a los guerrilleros de raza que el pueblo colombiano no está con ellos y no apoya sus métodos.
2. Enviaron un mensaje a los secuestrados que no están olvidados.
3. Enviaron un mensaje a la comunidad internacional que las FARC no representan los intereses del pueblo. Las FARC han sido muy hábiles en su campaña en el exterior, allegando que representan los intereses del pueblo contra un régimen represivo. Los problemas de pobreza y desigualad social que ellos anotan sí existan, pero las FARC no son la solución y ellos no representan los intereses del pueblo.
Tengo varias razones personales por asistir a la marcha:
1. Porque apoyo el clamor por la liberación de los secuestrados.
2. Porque el hecho que son retenidos como fichas y mercancías para presionar un intercambio, o por el valor económico de su rescate, me parece un trato inhumano y cruel.
3. Porque dondequiera que voy, siempre estoy consciente que estoy en la mira de quienes buscan una victima potencial.
4. Por solidaridad con los soldados y los policías, porque fueron capturados cuando desempeñaba su papel de proteger a poblaciones vulnerables. Me acuerdo de la época que era vedado transitar por las carreteras del país a causa de las pescas milagrosas. A estos soldados y policías debo mi gratitud y mi seguridad.
No creo que las marchas tendrían ningún impacto sobre el Secretariado de las FARC. Tenían sus convicciones sobre la lucha armada, y no les importa el clamor del pueblo de liberar a los rehenes. Será que les interesa un intercambio humanitario? Según el recién publicado libro de Fidel Castro, La Paz en Colombia, ellos nunca tuvieron la intención de negociar con el gobierno de Andrés Pastrana. Y el gobierno de Álvaro Uribe ha sido aún más duro en su contra. En este momento están debilitados al nivel militar y en términos de credibilidad nacional e internacional. El gobierno ha recuperado mucho terreno en el sentido literal de territorio, y en el sentido figurativo en términos de imagen y credibilidad internacional.
Además del garrote de la presión militar, la zanahoria que el gobierno les ofrece también es muy buena: se está ofreciendo las mismas condiciones de desmovilización como ofreció a los paramilitares. Y si desmovilizan con rehenes, la recompensa es jugosa. Es una oferta bastante buena. Ojalá que acepten.
La canción del día, dedicado a los secuestrados: Don't Give Up (No se rinden)
Saturday, November 29, 2008
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