Ahí les dejo su HP vida
Teatro La Mama
Dirección: Eddy Armando Rodríguez
Tres actrices personifican Eloisa, una guerrillera joven. Es una conceptualización funcional, demostrando que cada persona tiene múltiples facetas, y la obra permite un juego de interacción entre diferentes aspectos del individuo. A la vez, la multiplicidad sugiere que ésta es una historia se está replicando con otras personas.
Presentada como monólogo en múltiples voces, la obra repasa momentos de la vida de Eloisa: la relación con su padre abusivo, su necesitada de sentirse bella y una mujer, su relación con su compañero; el consejo de guerra y la ejecución de un guerrillero acusado de desertar, los abusos de los militares contra un gay. Es una obra sin perdón y sin esperanzas.
La obra evita hacer juicios políticas y sociales, sino aborda la situación desde la perspectiva del individuo quien se encuentra viviendo en estas circunstancias. El enfoque personal e íntimo funciona muy bien, y evita que la obra se convierte en una diatriba política. El mensaje político y social queda implícita, sin tener que hacer exposiciones obvias: la violencia penetra cada aspecto de su existencia, y siempre ha sido parte de su vida y la realidad social.
La escenografía es simbólica más que literal. Una red al fondo que sugiere la selva y el mundo en el cual Eloisa se encuentra atrapada. Los actores salen de seis pares de telas colgantes --la tela que se utiliza para acrobacias en los circos contemporáneos. Hacen uso de las telas como hamacas, para subir, para apoyar el cuerpo del compañero muerto, para entretejer, para sujetar a un personaje quien quiere escapar. El cuerpo echado contra la tela hace que el material asuma las curvas del cuerpo, pero reproducido la figura en el anonimato, sin rostro y sin identidad.
La carga de la memoria que no permite a Eloisa olvidar su pasado, tal vez porque no tiene presente, y menos un futuro. Y no obstante, ella sobrevive.
Esta obra me sugiere una variante sobre el himno nacional: En circos de dolores, el bien termine allá.
El Romance de la Niña y el Sapo
La Libélula Dorada
Dirección: Ivan Darío y Cesar Alvarez
Conozco el trabajo de la Libélula Dorada desde hace años. Me encanta sus propuestas temáticas y la expresividad de sus títeres. Sus obras infantiles cuentan historias en forma directa, accesible, pero siempre con sorpresas, creatividad, desenlaces inesperados, y algo de humor para los adultos quienes acompañan a los niños.
El Romance de la Niña y el Sapo se anuncia como una obra "de carácter meloso y melodramático... de tono burlesco." El nivel del humor es pobre: chistes baratos sobre pedos y tetas al aire. La obra es un revuelto de todo: un comentario sobre los llamados valores sociales y el materialismo, la rigidez de la iglesia y la ley, y una hada madrina con problemas de computador. Si eso no fuera suficiente, el sufrido sapo protagonista resulta ser líder de un movimiento de sapos, y es detenido por las autoridades (con las referencias obligatorias a la represión oficial y los falsos positivos, por supuesto) y es sacrificado como sapo de disección. La obra aborda todo, y no llega a nada. No tengo nada en contra del entrenamiento ligero, pero este fue pesado por su falta de sutileza.
La obra fue simplista en lugar en sencilla, rebuscada en lugar de creativa. Tengo que concluir que las producciones infantiles de la Libélula Dorada son mucho más sofisticadas que esta obra que ofreció para adultos.
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