Saturday, February 6, 2010

Critiquing the critics / Crítica a los críticos

Para la versión en español, véase la parte inferior de la página.

Hay Festival, 28 to 31 January 2010, Cartagena, Colombia

This was the first time that I had attended the Hay Festival, having wanted to go I previous years but not being able for financial, familial, or work reasons.

I owe a good dose of gratitude to Sally for encouraging me to go, and many thanks to Sally's friend Monica who very generously offered us lodging at her house in the San Diego sector of Cartagena's Old City, mere blocks away from the festival events.

***

Critiquing the critics: First conference review from the Hay Literary Festival

The first conference we attended was "The Pleasure and the Job of Critiquing Books," with Guillermo Altares, editor-in-chief of Babelia, the cultural supplement of the Spanish daily El País; Colombian author Juan Gabriel Vásquez, Spanish critic Manuel Calderón, and Christopher Domínguez, literary critic for the Mexican publication Letras Libres, hosted by Colombian poet Mario Jurisch.

In this session the four critics lamented the decline and disappearance of newspaper literary supplements as the only medium that they feel is suitable for publishing literary critiques. Their overall conclusion is that the job of the literary critic is in danger, mainly as the result of the languid state of the reading public whose tastes heavily favor authors such as Paulo Coelho and Dan Brown.

It was interesting to hear these critics interacting with each other and bemoaning how difficult it is to be them. They apparently had forgotten that they were speaking at a literary festival attended by people who do read books of a higher category than the kind generally found at airport bookstands. Their apparent disdain for the reading public was really quite striking.

They did make some interesting observations: The role of the critic as legal counsel rather than judge, advocating for the writers; and a caveat against jaded criticism, in which the critic uses some poor author's less than successful piece of writing as a vehicle to show off his own cleverness. They discussed the difficulty of communicating their enthusiasm for a book in the limited format of the book review (one reviewer suggested that the ideal length for a book review should be 10-12 pages). They also addressed the delicate situation of reviewing books written by friends, and the quandary of being instructed to review certain books at the behest of their publishing house.

My overall feeling at the end of this conference is that the critics are correct in their appraisal that the job of the literary critic and the literary supplement are endangered. They talked about literary criticism as if it were their exclusive domain, disregarding that the public at the Hay Festival are intelligent readers who practice in literary criticism. They made no mention of the Internet or peer review, which are now hugely influential media. The website GoodReads and the Virtual Bookshelf application on Facebook (among many others, blogs for example) allow readers to organize their readings and publish reviews. When considering books to buy online, many people look at the reviews by other customers. These are media to which everyone can contribute on equal footing and, not surprisingly, some reviews are well written while others are not.

Thoughtful and insightful reviewers will always be appreciated. Their job has not become irrelevant, but increasingly the literary critics face competition from a sector that they had not considered as peers but who are now in a position to hold them accountable for their work, challenge them, or even enter into competition with them. These peers are the educated and informed reading public that was seated before this group of critics, who seemed to have forgotten completely about us.

***

Thursday night we went to the Manu Dibango concert in the Plaza de la Aduana. Dibango's music is jazz, funk, "with traditional African afrobeat sax-star elements." It was a lovely balmy night. The music was upbeat and groovy (wow, is it still possible to use that word?). It reminded me of the Montreal jazz festival. Too bad that more people weren't dancing. From our seats, Sally and I played Spot the Author.

When quoting this source, please cite: Leslie Carmichael, 6 February 2010 http://noessinomivida.blogspot.com/

***

Finalmente, por primera vez, asistí al Hay Festival, donde quería ir en años anteriores, pero no pude por razones económicas, familiares o de trabajo.

Debo agradecimiento a Sally por animarme a ir, demás de muchas gracias a la amiga de Sally, Monica, quien muy generosamente nos ofreció alojamiento en su casa en el sector de San Diego en la vieja ciudad de Cartagena, a unas pocas cuadras de los recintos del festival.

***
Crítica a los críticos: Primera reseña de conferencia del Festival Hay.

La primera conferencia que asistimos fue "El placer y el oficio de criticar libros", con Guillermo Altares, editor de Babelia, el suplemento cultural del periódico español El País; autor y crítico colombiano Juan Gabriel Vásquez, crítico español Manuel Calderón, y Christopher Domínguez, crítico literario por la revista mexicana Letras Libres, bajo la conducción del poeta colombiano Mario Jurisch.

En esta sesión los cuatro críticos lamentaron el menguante y la desaparición de los suplementos literarios de los periódicos como el único medio que se sienten como adecuado para publicar críticas literarias. Su conclusión general es que el trabajo del crítico literario está en peligro, principalmente como resultado del estado lánguido de los lectores cuyos gustos favorecen a autores como Paulo Coelho y Dan Brown.

Fue interesante escuchar a estos críticos que interactuando entre sí y lamentándose de lo difícil que es ser ellos. Al parecer, se olvidaron que estaban hablando en un festival literario donde los asistentes eran personas quienes leen libros de una categoría superior a la clase que generalmente se encuentran en los puestos de ventas en los aeropuertos. Su desdén aparente para el público lector era verdaderamente impresionante.

Hicieron algunas observaciones interesantes: el papel del crítico como abogado más que juez, en defensa de los escritores; y una advertencia en contra las críticas cínicas, en las cuales el crítico utiliza algún escrito regular de un autor desafortunado como vehículo para alardar su propia inteligencia. Se discutieron la dificultad de comunicar su entusiasmo por un libro en el formato reducido de la reseña del libro (uno de los críticos sugirió que el tamaño ideal para una reseña de libro debería ser 10-12 páginas). También abordaron la delicada situación de reseñar libros escritos por amigos, y el dilema de recibir instrucciones de reseñar ciertos libros por orden su casa editorial.

Mi impresión al finalizar esta conferencia es que tienen razón en su apreciación que el oficio del crítico literario y el suplemento literario están en vía de extinción. Hablaron de la crítica literaria como si se tratara de su dominio exclusivo, sin tener en cuenta que los miembros del público en el Hay Festival son lectores inteligentes quienes practican la crítica literaria. No mencionaron el Internet y la crítica entre pares, que ahora son medios enormemente influyentes. El sitio de Internet GoodReads y la aplicación Biblioteca Virtual en Facebook (entre muchas más, blogs por ejemplo) permiten a los lectores organizar sus lecturas y publicar críticas. Cuando están contemplando libros para comprar por Internet, muchas personas echan un vistazo a los comentarios de otros clientes. Estos son medios abiertos a cuales todos pueden contribuir en igualdad de condiciones y, no es de sorprenderse, que algunos comentarios son bien escritos, mientras que otros no lo son.

Críticos reflexivos y perspicaces siempre tendrán apreciación. Su oficio no es irrelevante, sino que cada vez más los críticos literarios encuentran competencia de un sector que no consideraron como pares pero quienes hoy en día está posicionado para exigir una rendición de cuentas sobre su labor, desafiarles, o entrar en competencia con ellos. Estos pares son los miembros del público lector, educado e informado, que estaba sentado frente a este grupo de críticos quienes aparentemente se olvidaron por completo de nosotros.

***

El jueves por la noche fuimos al concierto de Manu Dibango en la Plaza de la Aduana. La música de Dibango es jazz, funk, y elementos tradicionales africanos con el "afrobeat sax-star". La noche era suave. La música era movida. Me acordé del festival de jazz de Montreal. Lástima que más personas no estaban bailando. Desde nuestros puestos, Sally y yo jugamos a Encuentre el Autor.

Para citar este fuente: Leslie Carmichael, 6 febrero 2010 http://noessinomivida.blogspot.com/

No comments: