Sunday, September 26, 2010

El amor, otro damnificado de la violencia

Me da pesar el dolor de Juan Lecompte, esposo de Ingrid Betancourt, a quien la revelación de que su esposa ya no querría volver con él después de su liberación le golpeó muy duro.

Perdió su norte, su amor, su razón por vivir. Mientras que creía que sus mensajes estaban dando fuerzas para animar a su esposa hacia la supervivencia, ella tuvo un giro en su corazón y ya no sentía lo mismo por él. Bajo circunstancias normales, la cosa decente es informar a la pareja que los sentimientos ya no son recíprocos. Pero en este caso la comunicación entre los dos estaba cortada por razones de fuerza mayor.

Me da pesar por él. También da lástima y una sensación de desgusto. Lamento que exhibe públicamente su duelo sobre un asunto netamente personal. Lamento que busca compensación por lo que el corazón de la otra no siente.

Puede ser que Ingrid fue la mas inmamable de todos los secuestrados. Nunca ví a su secuestro como un acto de heroísmo. Se metió en este lío por su propia terquedad (claro que el asunto era mucho más gordo de lo que ella esperaba). Desde su pretensión de buscar compensación al gobierno colombiano, me cae bastante gorda. Pero no la culpo por sus sentimientos. Tiene derecho a su propia intimidad y sus propios sentimientos. Es imposible que una experiencia como el cautiverio no deja huellas en el alma.

Mas bien me sorprendo por las relaciones que se mantuvieron firmes a pesar del tiempo y la separación del secuestro como Alan Jara y Claudia Rugeles.

Juan Carlos Lecompte debería tomar una lección de Jorge Gechem y Fernando Araujo quienes recuperaron su libertad pero no sus amores de antes, y manejaron sus situaciones con dignidad. Entendieron que la vida transcurrió en su ausencia.

El corazón siente lo que siente. No hay caso buscar culpas, y menos compensación.

El amor es otro damnificado de la violencia.

En respuesta a http://byjagheterjulian.blogspot.com/2010_09_22_archive.html

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28 de Septiembre

Respeto a los últimos comentarios de Ingrid en Univisión, que su matrimonio se acabó porque Lecompte no le demostró suficiente cariño al momento de su liberación: Acaso ella no se acuerda que este momento fue presenciado por millones de personas, una tras otra vez, en la televisión? El contraste entra la forma como ella abrazó a su mamá y cordialmente saludó a su esposo fue impactante. Repito que no la culpo por lo que siente, o no siente. Pero tiene huevo en echar la culpa a Lecompte por su supuesta falta de afecto.

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